jueves, 17 de marzo de 2016

Bloque 1: Lenguaje, lengua y comunicación oral

Nuestros mayores …

Tema y justificación de la actividad

El tema escogido para esta actividad, dirigida a los grupos de 5º y 6º de Primaria, es el trato hacia las personas mayores, que será formulado a los niños en forma de pregunta: ¿Cómo tratamos a las personas mayores y cómo deberíamos hacerlo?

Creo que este tema es muy adecuado para promover un debate en estos cursos de Primaria, ya que, si observamos a nuestro alrededor, parece que se han perdido algunas de las formas de respeto en el trato con nuestros mayores. Algunos niños, incluso, no saben cómo acercarse a ellos.

Yo, personalmente, pude constatar este hecho durante mis prácticas, en el trimestre anterior. Al lado del centro en el que las realicé, había una residencia de ancianos, y el curso de 5º de Primaria, con ocasión de la proximidad de las fechas navideñas, bajó a hacerles una visita. Algunos niños sabían desenvolverse perfectamente, pero otros no tanto.

Tampoco es extraño ver en el metro o en el autobús, algún anciano que permanece de pie porque nadie se levanta a ofrecer su sitio, bien porque no quiere ofrecerlo, por desconocimiento, por vergüenza… o bien porque el 90% del vagón está absorto en su música o teléfono móvil y nadie se ha percatado de la situación del ancianito.

Creo que hoy en día, estamos muy acostumbrados a descartar y reemplazar rápidamente aquello que no nos sirve, que no es productivo o que no nos funciona (pensemos en un ordenador, en un móvil, en un coche…). Inconscientemente, corremos el riesgo de comportarnos de esta manera con nuestros ancianos.

Todos tenemos o hemos tenido abuelos, pero ¿les llamamos? ¿Nos acordamos de ellos? ¿Nos interesamos por lo que les pasa? ¿Atendemos cuando nos cuentan por quinta vez la misma historia? ¿Vamos a visitarles?

Y la sociedad, ¿tiene en cuenta a las personas mayores? Considero que, como maestros, debemos despertar estas cuestiones en la conciencia de nuestros alumnos, para que ellos mismos, desde su experiencia personal y desde su inmensa capacidad de generar cambios en su entorno más cercano, puedan realizar sus aportaciones humanizando poco a poco las caras más negativas de nuestra sociedad actual.


Contexto de la actividad

En cuanto a la actividad, utilizaremos una ocasión parecida a la que, durante mi periodo de prácticas, generó este debate en mi interior.

El centro en el que, de manera ficticia, soy tutor del curso de 5º de Primaria, es concertado y de creencia católica. La fundación de religiosas que lo dirige, lleva también una residencia de ancianos que se encuentra a dos manzanas del mismo y, cuando se acerca la Navidad, el grupo de 5º de Primaria va a hacerles una visita para desearles unas felices fiestas.

A una semana de realizar la mencionada visita, propondré a los niños este debate en clase.


Propuesta y normas de respeto y convivencia

Para llevar a cabo el debate, apilaremos las mesas del aula al final de la misma, y colocaremos todas las sillas, incluida la del profesor, formando un círculo. De esta forma todos nos podremos situar al mismo nivel y vernos las caras mientras dialogamos y debatimos. El profesor será quien modere las intervenciones de los alumnos.

En cuanto a las normas de respeto y convivencia que se recordarán antes de comenzar a debatir, serán pocas pero claras:
  • Solo hablará quien tenga el turno de palabra, que se pide levantando la mano.
  • El resto respetará en todo momento el turno de quien habla, escuchando y mirando en silencio a quien tiene la palabra.
  • Tanto el alumno que interviene, como los alumnos que escuchan, cuidarán en todo momento el tono, la actitud postural y el lenguaje.
  • Solo se aceptarán intervenciones que tengan que ver con el tema a tratar. 

Planteamiento del tema

Una vez colocados todos en el círculo que habremos creado con las sillas, el profesor planteará el tema utilizando para ello una experiencia personal que refleje el problema a tratar, por ejemplo:

“Chicos, ¿sabéis qué? Quiero comentaros algo que me ocurrió el otro día y que me hizo pensar en vosotros. Ocurrió el martes, cuando iba yo en el metro de camino a mi casa después del colegio.

El vagón estaba bastante lleno, con todos los asientos ocupados, pero apenas éramos dos o tres los que estábamos de pie. Lo primero que me llamó la atención fue el silencio que había en el ambiente, así que observé un poco mejor y me di cuenta de que cada uno de los pasajeros iba concentrado en “sus cosas”: unos escuchaban música con los cascos, otros leían algún libro, otros jugaban o chateaban con el móvil… todos estaban entretenidos.

Al rato, se abrieron las puertas y solo entró un señor. Tenía el pelo blanco, unas cuantas arrugas en la cara, un bastón en la mano y aparentaba unos 70 años.

¿Os podéis creer lo que pasó? Ninguno de los que estaban sentados se dieron cuenta de la entrada de aquel señor mayor y ¡nadie le ofreció sitio para sentarse! El pobre hombre estuvo dos o tres paradas de pie, hasta que en una de ellas se bajó una mujer dejando su sitio libre, y el hombre se sentó.

¿Qué os parece?”


Preguntas de andamiaje
  • ¿Tenéis abuelos? ¿Cómo os comportáis con vuestros abuelos?
  • ¿Os han contado alguna vez vuestros abuelos alguna historia parecida? ¿Qué habéis pensado?
  • ¿Habéis visto alguna escena parecida vosotros? ¿Habéis hecho algo? ¿Por qué?
  • ¿Cómo deberíamos tratar a nuestros mayores? ¿Por qué?
  • ¿Hay alguna norma social que nos diga cómo debemos comportarnos con las personas mayores?  


¿Cómo provocaremos la participación del niño más tímido?

Me dirigiré a él expresamente al realizar alguna pregunta que sé positivamente que va a ser capaz de responder correctamente. En este caso, utilizaría la primera pregunta de andamiaje propuesta: ¿Tenéis abuelos? ¿Cómo os comportáis con ellos?


¿Cómo controlaremos la participación del niño que no respeta las normas o que molesta continuamente?

En primer lugar, intentaría ignorarle aquellas veces que intervenga sin tener el turno de palabra, dando la palabra a otro alumno que sí esté respetando las normas.

Estaría especialmente atento a los momentos en los que este niño respete las normas y escuche a los demás, aunque sean momentos cortos. Entonces, cuando acabara el turno de quien hablaba, preguntaría directamente a este niño en cuestión, dándole ahora que ha escuchado y respetado, el siguiente turno de palabra, y reforzando así su actitud de escucha, respeto y espera.

Si en algún momento, el niño se pusiera especialmente irrespetuoso, pararía el debate y recordaría las normas a nivel general y nunca dirigiéndome en exclusiva a este niño.


Evaluación de la actividad

He de reconocer que este es el punto que se me presenta más difícil tanto de realizar como de llevar a cabo dentro del aula en el momento de la actividad. La complicación que veo en este aspecto es que hay muchas cosas que valorar durante el desarrollo de una actividad como esta, que no quedan “registradas” en “un papel” o en cualquier otro formato de registro, es decir, que dichas valoraciones deben realizarse in situ.

No obstante se me ocurre que quizá podríamos grabar la actividad con una grabadora, solo el sonido para preservar en todo momento la privacidad de los menores participantes. De esta manera, durante el desarrollo de la actividad podremos estar pendientes en todo momento de ella olvidándonos de la evaluación, y luego revisaríamos la grabación para evaluar las intervenciones. Es más, se podría revisar la grabación o partes de la misma con los propios alumnos, para que ellos también puedan autoevaluarse, constatar cómo van mejorando, etc.

Para la evaluación, realizaremos un cuestionario de SI o NO, que tendrá dos puntos de vista: el del profesor y el del propio alumno como autoevaluación después de revisar la grabación.

Además proporcionaremos a los alumnos este cuestionario antes de comenzar con la actividad, con el objetivo de que sepan qué se va a evaluar durante la realización de la misma.

El cuestionario de evaluación/autoevaluación podría ser como el siguiente:

COMPETENCIA A VALORAR (nombre del alumno)
SI
NO
¿Crees que has utilizado un volumen adecuado durante tu intervención?


¿Tu intervención se correspondía con el tema a tratar durante el debate?


¿Has recurrido a ejemplos accesibles a todos los compañeros para hacerte entender?


¿Has empleado un vocabulario correcto y adecuado al tema?


¿La postura y movimientos de tu cuerpo han sido los correctos?


¿Has escuchado con interés y respeto las intervenciones y opiniones de los demás?


¿Has respetado el turno de tus compañeros?


¿Has sabido estructurar tus palabras de tal forma que tu intervención siguiera un orden lógico y entendible?


¿Has pronunciado y vocalizado correctamente?